Elí,
significa alto, elevado. Era juez y sumo sacerdote cuya
historia aparece en 1 Sam.
1-4. Vivió en Silo, donde estuvo el Arca
de la Alianza por un tiempo.
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Malas acciones de los hijos de Elí |
La historia temprana de Samuel está conectada con la de los últimos días del
anciano Elí, a quien sucedió en el oficio de juez, justo antes del
nombramiento de Saúl como rey (1 Sam. 7,15;
8,22). Samuel fue consagrado al servicio del Señor por su piadosa madre, y
estuvo al servicio del tabernáculo bajo Elí. Los dos hijos de Elí, Ofni y
Finees, eran «hijos de Belial». Ayudaban a su padre, pero interferían en las
ofrendas de la gente del pueblo, y pecaban en gran manera ante el pueblo. Elí
habló con sus hijos acerca de las malas acciones que estaban cometiendo, pero
no con la necesaria energía para impedir que deshonraran al Señor. La
responsabilidad de mantener al pueblo de Dios ante Él residía en la casa
sacerdotal. De ahí lo enorme del pecado de los jóvenes, y la gran
responsabilidad de Elí por su negligencia.
El Señor le habló a Elí a través del niño
Samuel, y le dijo claramente que estaba honrando a sus hijos antes que a Dios,
detallándole algunos de los juicios que iban a abatirse sobre su casa, y que
sus dos hijos morirían en un mismo día, y la palabra del Señor se cumplió. Éste
fue el gran fracaso de Elí, aunque es evidente que por otra parte buscaba
mantener el honor de Dios. Temblaba de temor cuando el arca fue llevada al
campo de batalla, Los filisteos
quedaron victoriosos en la batalla, Jofní y Pinjás estuvieron entre los
muertos, y el arca fue secuestrada como parte del botín. Al oír estas tristes
noticias, Elí cayó hacia atrás de la silla en que estaba sentado y murió
desnucado. Había juzgado a Israel durante cuarenta años y tenía 98 (1 S. 1-4).
Su descendiente Abiatar fue echado del sacerdocio por Salomón en cumplimiento
de la palabra del Señor con respecto a la casa de Elí en Silo (1 R. 2,27).