Jue. 5
cuenta esta misma historia en verso, este pasaje, llamado a menudo La
canción de Débora, es uno de los pasajes más antiguos de la Biblia y el
ejemplo más antiguo conservado de poesía hebrea.
Se sabe poco de la vida personal de
Débora. Aparentemente estuvo casada con un hombre llamado Lapidoth
(‘antorchas’), pero este nombre no aparece fuera del Libro de los Jueces
y podría significar simplemente que la propia Débora tenía un alma «ardiente».
Fue una poetisa y daba sus sentencias bajo una palmera de Efraín. Algunos
aluden a ella como la madre de Israel. Tras su victoria sobre Sísara y el
ejército cananita hubo paz en la región durante cuarenta años.
En el génesis aparece otra Débora, nodriza de
Rebeca (Gn. 24, 59 35,8)
Gedeón, en hebreo,
גִּדְעוֹן, "Destructor", "Guerrero poderoso". Fue el
quinto de los jueces
del pueblo judío y es considerado como
uno de los más sobresalientes por la magnitud de su "obra guerrera"
contra uno de los pueblos enemigos de Israel: los madianitas. Hijo de Joás de
la tribu
de Manasés. Los datos que conocemos de su historia se encuentran
relatados en el libro de los Jueces de los capítulos 6 al 8.
Hay dos narraciones de su vocación. Al
parecer las diferencias se deben a la permanencia de dos estratos de redacción,
el así llamado elohísta
y el yahvista
que se han unido en un solo relato, otros reconocen dos narraciones didácticas
y un texto verdaderamente histórico, etc. Las investigaciones bíblicas no han
logrado llegar a un punto de vista unificado.
En sustancia, la vida de Gedeón se sitúa
tras el asentamiento de los judíos en el llano de Ofrá donde habían asimilado
los cultos idolátricos de las poblaciones aledañas. Tras esa infidelidad,
Yahveh les habría castigado enviando tribus nómadas y grupos de amalecitas y
madianitas a hacerles la guerra. En esos combates, dos hermanos de Gedeón
habrían sido asesinados. Los israelitas se arrepintieron y pidieron perdón.
Yahveh envió a su ángel a hablar con Gedeón para anunciarle que sería el
libertador de su pueblo. Éste pidió una prueba, tras un diálogo algo sarcástico
con el ángel. Este último le dio la prueba que pedía abrasando un sacrificio
con fuego milagroso. Al día siguiente Gedeón destruyó el altar de Baal. Los grupos nómadas se reunieron para
hacer la guerra a Gedeón. Éste reunió un ejército que, con diversas condiciones
y pruebas, Yahveh redujo a trescientos hombres (sin contar las tropas auxiliares).
Los israelitas atacaron durante la noche y produjeron tal confusión que los
madianitas se asesinaban entre ellos y tuvieron que huir despavoridos mientras
eran perseguidos por las tropas de Gedeón. Los mismos
jefes de Madián, Oreb y Zeeb murieron en la refriega y sus cabezas fueron dadas
como trofeo a Gedeón.
Luego de otros combates victoriosos con
los madianitas y de castigar a los pueblos que no quisieron colaborar en la
persecución, la gente del pueblo quiso que Gedeón fuera su rey. A lo que este
no aceptó, alegando que sólo Dios podía reinar en Israel. Con las joyas tomadas
a los vencidos, Gedeón se hizo elaborar un efod. No hay tampoco acuerdo entre los
expertos en relación con el efod, unos dicen que se trataba de todo un atuendo
sacerdotal con sus joyas y adornos, otros que se trataba de una tabla o
instrumentos para hacer consultas a Yahveh. Sin embargo, este efod llevó
nuevamente a la idolatría a los israelitas. Gedeón gobernó en Israel otros 40
años que fueron de paz y crecimiento. Tuvo setenta hijos (era polígamo) entre
los que destaca Abimelec. Es mencionado en
el Salmo
83, versículo 12 por sus victorias militares y en la carta
a los Hebreos, capítulo 11, versículo 32 por su fe.